Emigrar es algo muy común, todos conocemos a alguien, o somos esa persona que dejó su nido en búsqueda de aventura, crecimiento, evolución y oportunidades para acercarse cada día más a la vida que siempre ha soñado y que le hace latir bien fuerte el corazón.
Mudarse del país natal – así sea por unos meses – es una decisión valiente. No es mentira que estarás lejos de todo lo que conoces y de miles de cosas que adoras (no sabes que las adoras hasta que te vas), es un camino que requiere de ti para ti mucho amor, paciencia y apoyo. Una vez tomada la decisión – sea cual sea tu razón – entiende que todo cambiará y para eso tienes que prepararte: planificación y organización son fundamentales.
Antes de empezar con mis tips quiero darte un consejo que considero oro puro, y sé que hará de tu experiencia una mucho más fácil: por favor, escoge un lugar donde puedas estar.
Si siempre quisiste emigrar (y si no, también aplica) seguro tienes ese destino soñado donde te imaginas haciendo vida, no te estoy alejando de lo que sueñas pero haz de este cambio algo posible, evalúa si de verdad cuentas con los requerimientos para instalarte en ese lugar, ya que las leyes cambian en cada país y no todo el mundo tiene una doble nacionalidad o una que corresponda al destino que desea. Aferrarte a un sitio en el que no puedes establecerte podría dañar la experiencia por mantener un capricho.
Ahora sí, te dejo mis cuatro tips para emigrar:
– Documentación: estudiar o trabajar en cualquier país corresponde a una serie de procesos legales que debes cumplir, bien sea que necesites visa, tramitar la residencia por tiempo específico, permiso para conducir, homologar títulos académicos, lo que necesitas para rentar vivienda etc., asegúrate de conocer qué documentos debes aportar, a qué oficinas y si es posible pide las citas para estos trámites antes de tu viaje, ganarás tiempo.
– Adaptación: será tan cómoda como tú decidas y tu gran aliada será la curiosidad. Aprender nuevas costumbres no significa abandonar las tuyas, así que ábrete a esas comidas típicas, no tengas miedo de probar esa nueva actividad, pregunta por qué celebran esa festividad que en tu país natal no existe, sé parte activa de tu nueva vida, si pones resistencia no podrás crecer.
– Sácate provecho: al emigrar muchas personas no consiguen inmediatamente empleo en su área ni el trabajo de sus sueños, pero mientras eso llega no estés triste, ¿hablas otro idioma?, ¿reconoces eso en lo que eres realmente bueno y lo puedes incluir en tu nueva rutina? ¡No te pongas en hold! Comienza a aplicarlo porque no sabes qué puertas te abrirá.
– Habla: en este viaje real y emocional es muy importante la comunicación con tus seres queridos y contigo. Tendrás días en los que serás capaz de reconocer lo que has crecido, cada logro, cómo lo que antes era un problema gigante hoy te da risa, y habrá otros días en los que te sentirás un poco down. No hagas silencio, no te guardes nada, habla de lo bonito, de lo que no te gusta, exprésate, estás un poco más lejos, pero créeme, nunca estarás sola/o.
Colaboradora: Isabel Prato.
