Hanukkah siempre se inicia cuando empiezan las festividades. De acuerdo a la Kabbalah, Hanukkah es una apertura cósmica que abre un portal para que, por ocho días, la luz atrapada o aún no revelada esté disponible para todos, y nuestras bendiciones sean apreciadas y disfrutadas.
Nosotros restringimos la llegada de lo bueno a causa de nuestras acciones negativas, nuestro comportamiento,y las cosas que pensamos y vibramos que nos separan de los demás. Pero lo bueno es que podemos empezar a sentirlas cuando, con esta energía, hacemos un cambio de consciencia.
¿Cuándo es?
Este año, Hanukkah empieza al anochecer del 16 de diciembre y dura 8 noches. Cada noche enciendes una vela.
¿De dónde venimos? Recuerda, no es el evento sino cómo llegamos a él. El mes de Escorpio fue muy fuerte, nos hizo ver nuestro lado oscuro y muchos, en vez de motivarse por ello, cayeron. El escorpión es el único animal que se mata a sí mismo.
Luego, entramos en el mes Sagitario. Mira que es curioso que Hanukkah no siempre empieza en la misma fecha y usualmente empieza cuando el mes Sagitario va arrancando, pero esta vez lo hace cuando ya está terminando. Por eso:
Venimos del mes más oscuro, que es Escorpio (kabbalísticamente hablando) y después hemos vivido tres semanas de indulgencias con los planetas en Sagitario. Fue el domingo 14 de diciembre que empezamos a hacer sana restricción, iniciamos meditación y se da la apertura cósmica, que es Hanukkah.
Hanukkah tiene esa energía de levantar a los caídos. Y piénsalo: por mucho que tengamos miles de medios para comunicarnos, muchos viven realmente desconectados. Es hora de limpiarnos y renacer purificados para ser parte de algo más.
Quizá no entiendas completamente, pero es esa consciencia del dolor que traemos ahora lo que ha expandido nuestra capacidad. ¿Nuestra capacidad de qué? Capacidad de espacios limpios. Cuando tenemos tensiones, nuestra paciencia y capacidad de aguante se expanden. Y nuestra capacidad de expansión, de tener más espacio. Te ves forzada a actuar para dejar apegos, para que entre la energía de novedad.
En pocas palabras: bendice el contraste y la lucha interna que te hace cuestionarte hasta trabajar en tu certeza.
¿Estás caída? ¿Tienes consciencia de víctima? No te preocupes, esa es exactamente la vasija para recibir la luz en este momento.
Hanukkah es la corrección del corazón.
Este es el momento en que te comprometes con cada iluminación que viene de adentro en vez de iluminar momentáneamente, gracias a un cortocircuito que ha creado una chispa efímera.
Explican los kabbalistas: todos los cortocircuitos que hacemos al reaccionar, en vez de cuestionarnos y responder, nos hace odiar a otros, nos separa.
Cuando hacemos cosas negativas, creamos separación con los demás en el mundo material. Internamente te estás separando de tu esencia divina, la misma que manifiesta y atrae abundancia.
Cada cortocircuito destruye la pureza del corazón.
Los kabbalistas dicen que la gente que odia el mundo es porque cometió (como todos) errores en su vida y se aisló de la conexión posible con los otros en vez de buscar ayuda u otro punto de vista, más allá del orgullo. Este tipo de personas es incapaz de sentir empatía.
Hanukkah tiene la capacidad de limpiar nuestro corazón, no importa lo que hayamos hecho. La energía disponible remueve el odio, la separación y nos regresa la pureza y la habilidad de apreciar a los demás.
Hanukkah es la única festividad del corazón, del amor, de abrir el plexo solar. Por eso no hay regulación , ni estudio, ni protocolo. Lo único que tienes que hacer es conectar.
¿Con quién?
Antes de hacer la paz con otro, haz la paz contigo. Es siempre contigo. Cuando actúo de forma egoísta, voy contra mi propósito, me amo menos a mí.
Hanukkah es una apertura tan grande que puede iluminar la más profunda oscuridad; por eso sucede en las ocho noches más oscuras del año. Las noches antes del solsticio y la vuelta al Sol.
¿Cómo ayudamos al proceso?
Seguimos creando la vasija para recibir eso que aspiras. Atraemos lo que creemos merecer, por eso cuando trabajas algo, sabes que lo mereces. Cuando te regalan algo no tiene el mismo valor. Que nadie te quite tu merecimiento.
Empezamos por hacer mas espacio. Limpieza, donacion, compartir cuanto podamos. Después vienen las meditaciones. Todo lo que sucede en nuestra vida y todo lo que alguien nos hace, todo viene de la luz. Todo está siempre conspirando para llevarte al otro nivel.
Al grado que culpamos a otros, cerramos las puertas a los milagros y estamos diciendo “no” al merecimiento porque no queremos tomar responsabilidad. Y bien sabes que por ejemplo: un cargo más alto de trabajo trae más responsabilidad, ¿cierto? Un matrimonio también. Cada vez que no quieres hacer el trabajo de tomar responsabilidad, le estás diciendo al universo: “No puedo con nada más, quiero quedarme acá en mi zona cómoda”.
Una persona se da el lujo de vivir su vida en dudas porque está escapando de hacer lo incómodo, lo que la lleva al otro nivel. No querer tomar responsabilidad es lo que deja entrar las dudas, pero va más profundo que eso.
No podemos convertirnos en nada más hasta que tomemos responsabilidad, sepamos que todo viene de la luz y que viene para purificar nuestros corazones, para merecer lo que viene. Así que la presencia de retos te dice que estás hecha para mucho más. ¡Que venga!
Notas & tips:
-Jamás te des el lujo de acostarte a dormir pensando que alguien actuó en tu contra. Tú atraes las lecciones para aprender. Ese aparente enemigo te está fortaleciendo, inmunizándote para el próximo nivel.
-A quien sientes que culpas o que es causante de tus males, compártelo con un maestro y atrévete a que te den otro punto de vista desde arriba.
-Siempre que te preguntas, ya estás en el camino. Es un milagro ya que en una vida que tiene de todo para distraerte, estés acá queriendo limpiar tu conexión. Todos somos canales, crecemos y nos fortalecemos con la voluntad de crear un despertar de consciencia universal.
-Aprecia los milagros que ya tienes. El milagro más grande que ya tienes es que estés en el camino.
-El beneficio de estar en el camino es estar en él. Así mismo como el castigo del celoso son los celos.
¿Cómo crecemos más? Yendo contra nuestra naturaleza cómoda y conocida.
Haciendo lo incómodo que sabemos que tenemos que hacer y dejar de culpar. Nada más delicioso que dejar de culpar y dejar de ver el mundo como si te debiera todo y no tuvieras que trabajar nada.
Dejar de culpar te hace sentir limpio.
Culpar es agotador. Es tu decisión este trabajo espiritual. Di: «En este segundo estoy eligiendo dejar de culpar, estoy eligiendo tomar responsabilidad».
Cuando tomamos responsabilidad, abrimos la puerta a los milagros. En Hanukkah se destapa el “recipiente” de los mismos. Conectamos nuestra alma con la energía de los milagros de esos ocho días.
Encender la luz de la oscuridad es saber que eres el cocreador de tu destino.
Este es el momento de aprender a inyectar consciencia, de encender la luz en la oscuridad. Si tengo flojera, inyectar entusiasmo. Si estás desconectada, empújate a compartir.
La energía de Hanukkah se trata de que tú creas milagros, que tú eres cocreadora de tu felicidad.