Todas las personas y situaciones tienen algo para ofrecernos si aplicamos la mente curiosa de estudiante. Muchas veces dice que no quieres ir a tal lugar o con tales personas porque ya sabes que allí no se consiguen hombres. La verdad es que es tu pereza de enriquecer tu vida lo que en realidad puede bloquearte y alejarte de relaciones divertidas y enriquecedoras de todo tipo.
Nuestras ganas de controlar cada evento -incluso donde y cuando vamos a conocer a alguien importante o donde hay una oportunidad- nos mantiene en la zona cómoda y de esa manera no atraemos porque no estamos expuestas; al mundo tiempo, son experiencias diferentes a las típicas las que cambian nuestra vibración, ya que al hacer una actividad que no habías hecho o explorar un nuevo lugar/grupo, te enfocas en eso en vez de escuchar todas las expectativas que tienes y el juicio del ego que no se calla.
Recuerdo cuando empecé a hacer yoga que no sabía nada de nada y me concentraba tanto que era imposible pensar en alguna otra cosa. Ese HOLD de overthinking hacia que después de una hora me sintiera súper. Lo mismo sucede si hoy haces algo que te saque de tu zona de confort y permitas que te enseñe algo nuevo. Claro que todo esto esconde algo más allá: el miedo a ser vulnerable que es parte de enamorarse.
Esta generación le tiene pavor al «surrender» porque lo confunden con debilidad, por eso tantas mujeres están vibrando energía masculina y crean separación en relaciones importantes hasta con amigas y colegas. Enamorarnos puede ser una de las experiencias más lindas pero más aterradoras porque envuelve un riesgo y un soul seeking que no hacemos usualmente. Esto de desnudarnos emocionalmente antes de hacerlo físicamente tiene su arte, pero puedes hacerlo más simple si te conoces mejor.