Así como les conté anoche, un buen reto es la mejor oportunidad para superar inseguridades. Lo que convierte el reto en oportunidad no es el reto en sí sino tu capacidad de ver que todo lo que se presenta está a la medida de lo que puedes trabajar y superar.
Si viéramos nuestra vida desde arriba no perdiéramos la certeza ni la paciencia, porque supiéramos que todo suma, que incluso lo que no se dió fue parte del rompecabezas porque te llevo a otra vía que convenía y así.
Y hablando de conveniencia, claro que es conveniente decir que “lo que pasa es lo mejor” como para arrullar el espíritu inquieto en momentos de necesidad, pero si tú misma evalúas el pasado ahora que hay cosas que has superado, verás que se siente así y también se debe a que somos muy buenos tratando de darle sentido a todo, porque la vida necesita eso: significado (meaning) y de tanto buscárselo es que hacemos que nuestra visión crezca.. es necesario.
También si te dieras cuenta como dos personas pueden pasar por lo mismo contando con las mismas herramientas y arrojan resultados distintos, entendieras que nada tiene que ver lo que tienes sino quién eres, que no hay circunstancia que te determine ni oráculo que obligue cuando tú máxima es mejorar aprovechando lo que tienes y poniéndolo a trabajar por lo que quieres.
No hay mejor inversión que la que hacemos en nosotras mismas, la que hacemos en el entrenamiento interno ya que para empezar no se pierde, y después es el que nos permite fortalecer el músculo que es la consciencia que entre más se trabaja y crece, más soluciones encuentra.
Por eso, no es que las oportunidades te evaden, sino que tienes que aprender a identificarlas y aunque vengan con retos, a apreciarlas.