En el yoga hay poses que nos exigen mantener nuestra espina dorsal en línea recta, pero a la vez se necesita flexibilidad. Con nuestro músculo espiritual sucede lo mismo, se trata de mantener la posición correcta pero la actitud flexible. Si tenemos la posición correcta de la mente, vamos a lograr la pose y el beneficio de ella. Y así reconstruimos la actitud del cuerpo y de la mente.
Cuando el ego es fuerte, la persona carece de flexibilidad corporal. Si vas a estar despierta no puedes estar selectivamente despierta. No puedes cuidar tu cuerpo y no tu mente. No puedes hacer yoga y al llegar a casa comer alimentos procesados, porque ¿para qué te desintoxicaste entonces?
Los milagros están para todos, pero primero hay que purificarse. ¿Cómo? Facilitando la comunicación entre el cuerpo y la mente. Así como en Tadasana (Postura de la montaña) cuando te detienes, respiras, meditas y aceptas lo que estás sintiendo… estás VIVIENDO, estás cuidando de ti.
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