Hablemos del cuerpo y las emociones

Hablemos del cuerpo y las emociones

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Aprovechando que el tema de la semana son las resistencias, es el momento perfecto para hablar sobre la conexión emoción – mente – cuerpo.

Nuestro cuerpo responde a los pensamientos que generamos diariamente, a esa manera en la que decidimos llevar nuestra vida y actuar ante las situaciones que se nos presentan. Cada acción que tomamos ante un acontecimiento tiene como causa una creencia (pensamientos que repetimos hasta asumirlos como verdades) y mantenerlas constantemente es lo que crea nuestras experiencias.

El cuerpo físico y el emocional son parte de un mismo organismo, se corresponden y no pueden existir el uno sin el otro. Si nos ponemos a analizar nuestras experiencias, podemos darnos cuenta que más de una vez hemos sentido que un pensamiento o emoción tuvo una reacción en nuestro cuerpo, somatizamos transformando el sentir de manera inconsciente en una respuesta física.

Sin embargo, la idea no es ver la enfermedad como un castigo del cuerpo, sino como un indicador de que hay que atender algo dentro de nosotros que hemos desatendido. Estamos claros en que una vez el cuerpo físico se ve afectado debemos recurrir a la atención médica, pero de la mano de este proceso de sanación va la transformación de las creencias en las que tiene raíz. Louise Hay, es una escritora y oradora estadounidense considerada una de las figuras más representativas del movimiento del nuevo pensamiento y una precursora de los libros de autoayuda, ha hablado por años extensamente sobre este nexo entre emoción y cuerpo, acá extraemos una versión simplificada de la explicación que presta en el best-seller “Sana tu cuerpo”, para ayudar no sólo a identificar sino a llevar a consciencia para sanar:

  • Brazo: los brazos hacen referencia a nuestra capacidad de disfrutar las experiencias de la vida. Los padecimientos en esta zona por ende tratan de cómo asimilamos esas experiencias, con facilidad o dificultad.  
  • Cabeza: las enfermedades en la cabeza nos indican sentimientos de  invalidación, autocrítica, miedo, aversión a sentirnos manejados y resistencia al ritmo de la vida.
  • Cerebro: esta parte del cuerpo es como nuestra computadora, lo que mueve todo. Los padecimientos en esta zona hacen referencia a la obstinación, a la negación a cambiar las viejas pautas, resistencia, desesperanza y desamparo.
  • Corazón: este órgano de nuestro cuerpo representa el centro del amor y la seguridad; las enfermedades en esta área son desencadenadas por falta de alegría, problemas emocionales no resueltos, entrega al esfuerzo y al estrés.
  • Estómago: es el órgano de nuestro cuerpo que se encarga de contener los alimentos y digerir las ideas. Las enfermedades en esta zona tiene como origen sentimientos de incertidumbre prolongada, miedo, temor e incapacidad de asimilar lo nuevo.
  • Garganta: la garganta es ese canal de expresión y creatividad que usamos a diario. Las afecciones en esta zona parten de la incapacidad para expresarse, represión, poca valoración ante los demás y desconfianza en el proceso de la vida.
  • Genitales: representa el principio femenino y masculino. Las afecciones en esta zona radican de la preocupación por no sentirse valioso, negación a uno mismo, rechazo del principio masculino y femenino.
  • Mano: las manos son la parte del cuerpo que representa el movimiento y la soltura. Lo que somatizamos a través de ellas habla del miedo, sensación de estar atrapado, de esclavitud.
  • Pie: los pies son nuestro vehículo para avanzar en la vida. Los problemas ocasionados en esta zona derivan del miedo al futuro y el deseo de no moverse.
  • Piernas: son esa área de nuestro cuerpo que nos habla de la comprensión de nosotros mismos, de la vida y de los demás. Los problemas en ellas tienen como raíz el temor al futuro y miedo de no avanzar.
  • Rodillas: esta zona nos habla del orgullo y el yo. Las enfermedades en esta área son ocasionadas por el orgullo, obstinación, incapacidad de inclinarse, temor, inflexibilidad y terquedad.

Nuestro cuerpo tiene una gran sabiduría, es el primero en darse cuenta cuando algo no está bien y no fluye. Si logramos entender eso y abrirnos a escucharlo podemos encontrar el camino interno hacia la sanación y el bienestar. ¿Qué tal mejorar la conversación entre tú y tu móvil de vida?

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