¿Será que es una ilusión el poder ser saludable como pareja?, ¿algo imposible que solo se puede llevar a cabo por parejas que tienen mucho tiempo disponible y tienen alguien que les haga comidas, entrenador de gimnasio y les haga la compra? No, ¡para nada! Yo te puedo decir por experiencia propia que es posible.
Una de las preguntas que siempre me hacen mis seguidores es si mi esposo es tan saludable como yo, y cómo hacer para que su pareja tenga el mismo estilo de vida y sea de más apoyo.
Primero que todo, yo creo en el balance y no en las dietas. Si vas a empezar un estilo de vida saludable tienes que disfrutarlo y sentirte increíble, con esta energía vas a contagiar al que te rodee. Si empiezas una dieta estricta y tu pareja mira lo miserable y de mal humor que estás todo el tiempo, ¿crees que esto lo va a embullar? No. No te digo que esto pase de la noche a la mañana, hay que tener paciencia y hacer que estos nuevos hábitos sean divertidos.
No revoluciones sus comidas
Si están acostumbrados a comer tacos los martes, pasta los viernes, y pizza los domingos, no hay razón alguna para eliminar por completo lo que le gusta y obligarlo a comer hojas verdes por toneladas. Todo se logra paso a paso, y el primer paso debe ser sutil e inteligente. Por ejemplo, si van a comer tacos, compra unas tortillas de harina de almendras y no te olvides de rellenarlos con algún vegetal. En otras palabras, empieza por comer lo que le guste en versión saludable.
Involúcralos en la acción
Cocinen juntos mientras escuchan música, bailan y se toman un vinito. El que vea mis redes piensa que soy yo la que cocina todo el tiempo, pero el que me conoce sabe que cuando hago este plan con mi esposo, es él el que cocina. Precisamente con el plan de cocinar y pasarla bien descubrí que él cocina mejor que yo, mientras yo lo guío a hacer cambios que hagan la receta más saludable. Por ejemplo, le aconsejo usar aceite de aguacate en vez de oliva, si va a cocinar a altas temperaturas, y lo convierto en un experimento diciendo cosas como “veamos qué tal queda si usamos ghee en vez de mantequilla”.
Vayan de compras juntos
Este es otro plan divertido, puedes hacer del proceso de la compra una experiencia completa que va del mercado hasta la mesa que compartirán. En el mercado te enteras de lo que le gusta y está dispuesto a probar. Si me sigues, sabes la importancia que le doy a los ingredientes y cada producto, puedes compartir este conocimiento con tu pareja al leer los ingredientes de cada cosa y escoger la mejor opción para la receta.
Discute los gustos y sé flexible
Este tip va de la mano con la importancia del balance. No pienses que él (o ella) tiene que ser tan saludable como tú. El balance para cada quien es diferente, y en alguna ocasión a tu pareja le va a provocar comerse una hamburguesa con todos los hierros, y a ti una ensalada. No lo hagas sentir mal con su opción porque esto solo desmotiva. Sirve siempre de apoyo, no de juez y sabelotodo.
Hagan del ejercicio una experiencia y, otra vez, sé flexible
En este tip yo soy experta. Crecí en una familia donde el ejercicio y el deporte no era opción, era obligatorio, y eso me llevó a ser muy activa y pensar que era lo correcto. Cuando me casé con alguien que no tenía esta costumbre, me tocó ingeniármelas y ser flexible. Si este es tu caso, haz del ejercicio una experiencia y empieza por ahí. Hagan pabbleboarding, salgan de paseo en bicicleta, vayan caminando a hacer un picnic, o suban una montaña. También hay que ser flexible y probar algo que a él/ella le guste. Por ejemplo, si tu pareja es más del tipo de persona que le gusta practicar yoga en vez de spinning como a ti, sé flexible y acompáñalo a yoga de vez en cuando. Quién sabe, ¡a lo mejor descubres que te encanta el yoga!
Te puedo dar mil consejos más, pero el más importante es el de verlo como un cambio de estilo de vida paso a paso, y entender que no todos comienzan en el mismo punto de partida, ni a la misma velocidad, ni tienen la misma meta. El punto de volverlo un estilo de vida en vez de una dieta estricta con una fecha de expiración, es sentirse bien, feliz, saludable y no acorralado. No te olvides de esto y también recuerda que la clave está en encontrar el balance, tener paciencia, practicar la comunicación y convertirlo en una aventura.
Colaboradora: Nathalie Magno Gaitan, nutricionista y Health Coach.
