Cambiar no depende de condiciones o circunstancias, depende de que tan motivado estés para empezar el cambio a pesar de que traiga consigo un periodo incómodo o de ajuste. ¿A qué me refiero?
Digamos que quieres dejar de fumar, pero no es “urgente” porque tu estás bien de salud. Al estar así hay 50/50 chance de que te digas que lo dejarás y realmente lo dejes. Pero si encuentran algo en tu pulmón o tu hija te pide que por favor lo dejes, la cosa es diferente. ¿Qué cambia? tu motivación.
No creo que sea necesario llegar a un extremo para empezar un cambio, ya que también se que podemos estimularnos y motivarnos a iniciarlo por las buenas, con claridad de metas y trabajo de consciencia.
Esto deja claro que personas mas avanzadas en su madurez (no me refiero a edad) saben que el cambio traerá evolución, y relacionarán el proceso con el placer que dará el crecimiento, el resultado. Las personas más reactivas, no conscientes de sí mismas o que buscan satisfacción inmediata se basan en su miedo a perder y por eso tienden a quedarse en el mismo lugar.
Si tu miedo a perder (lo conocido) es más grande que tus ganas de crecer, tu motivación llegará cuando no quede de otra. Te repito, si reflexionas no hay que llegar a una situación de extremo para despertar. ¿Por qué no hacerlo ya?
Lección para toda la semana