Tenemos la tendencia a hacer de lo más fácil un proceso muy difícil, y de lo más difícil un proceso fácil para salir de eso. Ay… y cómo nos sabotea pensar así y no estar claras con lo que amerita cada cosa. Ojo, desapego no es sinónimo de falta de empatía, debemos aprender a soltar las cosas que nos estancan, saber diferenciar qué se merece que pongamos todo nuestro esfuerzo y cuales tienen una solución verdaderamente fácil que por no saber entender nos complica la vida.
Coaching: ¿Por Qué Hacernos las Cosas Más Difíciles?
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