Estaba justo acá en Los Ángeles por una meditación con un profesor que viene poco y cuyos métodos te ayudan a trascender la mente y elevarte a consciencia. Entre los ejercicios que hicimos, estaba la visualización (después de más de una hora de meditación) de quién somos pero no como cuerpo, sino como energía.
En eso se me ocurre esto de que en verdad no nos vemos. Creemos que nos vemos y vamos «anotando» el esfuerzo, los resultados de ello en un area u otra. Vamos viendo cuanto somos capaces de generar, ganar, tener y/o no sentir (nos mal). Y me queda muy claro: el éxito ya no se mide con nada de esto, sino con paz adentro y las personas más «exitosas» no lo tienen. Me queda muy claro algo que ha sabía pero como todo ser humano en la rutina, había olvidado: lo importante es estar bien con uno, crear esos momentos fuera del tiempo y la rutina. Súper importante traernos al presente y agradecer lo que sea que nos está haciendo despertar porque sino el futuro es muy predecible.
Que afortunados somos de estar en un momento en el que cada vez somos más los que queremos estar conscientes. Que afortunados somos de coincidir con personas que nos elevan a nuestro máximo potencial, o que despiertan un deseo y nosotros de reconocerlo y llevarlo más allá.
Que afortunados los que empezamos a entender nuestra luz, nuestra vasija, lo que merecemos y lo que ya no nos detiene en el camino.
No fue dolor, no fue ansiedad. Lo que sea que te inquiete ahora, fíjate que ya no está y tú lo traes todo el tiempo con tu mente para perpetuar la idea de identidad. Puedes verte AQUÍ Y AHORA que estás bien y que no hay nada más. El «más tarde» o «mañana» depende de este momento. Te tienes y quieres amarte para darte y dar más.
Hoy: Sol se une a Quiron. La herida del sueño que no se cumplió o que está costando. La sensación de que la culpa es de uno, de que no se es suficiente. Pero también es la iluminación de que uno mismo ES el sueño. Pero si no nos vemos…