La razón por la que volvemos a enfermar a nivel físico o emocional es porque tratamos de resolver el asunto a nivel de consecuencia y no de causa.
Por ejemplo: haces una dieta relámpago o te tomas unas pastillas para rebajar, pero no hiciste el trabajo de cuestionarte qué te causa ansiedad o cómo volver a balancearte internamente, hormonalmente, etc. En ese caso seguro pierdes unas libras, pero mantenerte así de por vida está difícil porque no llegaste al fondo del asunto y tarde o temprano causará las mismas consecuencias a menos de que hagas el trabajo real.
Otro ejemplo: terminas con Juan y endosas responsabilidad: “fue todo su culpa”, como si tú no hubieras sido parte de esa relación de 2. Luego sales con Pedro y a los meses, vuelves a tener discusiones por tu falta de confianza, o la sensación de que no te toman en serio. Si no te diste ni un momento para trabajar en ti, saber cómo atrajiste o cooperaste para que ese patrón se creara en primer lugar, lo vas a recrear.
Nada hacemos perdiéndonos en las ramas si la causa está en la raíz y por eso, la única y verdadera sanación en cualquier situación requiere trabajo de consciencia. Es adentro, no afuera. Cambiar de consciencia es cambiar de destino y eso es lo que trato acá, de que no busquen una predicción sino que mis palabras les lleven a un cuestionamiento que al menos les incite (y excite) a hacer el verdadero trabajo. Les cuento además que hoy es un buen día para empezar, reflexionar o caer en cuenta que no hay atajos si es que queremos resolver de verdad.
Hoy Quirón sobre el nodo sur del karma. Elimina lo que te hace mal, pero no creas que es Elena o Juan. ¿Qué los trajo a tu vida en primer lugar? Lo más probable es que haya sido un patrón de conducta que aún no has hecho consciente.
¡A trabajar!