Por Hermes Peredo
Como todo Ascendente Tauro —y teniendo un Saturno retrógrado natal cuadrándose a él— los temas venusinos (relaciones de todo tipo, dinero, valor personal) estuvieron siempre como prioridad en mi vida. Dejando los saturninos (autoridad, responsabilidad, límites) para el final o, mejor para mí, si no tenía que tocarlos. El experimentar la cuadratura entre Tauro y Acuario, durante 2021 y 2022 —que también la tengo natal, pero sin el factor Urano —, cambió las reglas del juego en el que me muevo por la vida, enseñándome a colocar esos temas que para mí siempre fueron incómodos, de primero.
Un factor importante de este retorno, para mí, fue el tema del tiempo. Por ejemplo, yo tengo a Saturno en Acuario en el grado 17, a tres grados del Medio Cielo y, mientras escribo esto para ustedes, Saturno de tránsito está en el grado 20 34’. ¡El grado exacto en el que empieza mi Medio cielo! ¿Coincidencias?
Mi papá tenía a Saturno en Acuario, en el grado 17, el mismo grado que el mío. Así fue que, al entender que nací justo el día de su retorno, caí en cuenta de que indudablemente mi relación con mi adulto interno y mi concepto de autopaternarme, iban a ser puestos en jaque total.
Cuando empecé a prestar atención a estas “coincidencias” —durante mi retorno— era impresionante ver cómo, en las movidas que Saturno hacía (10 grados antes, pasando por mi casa 9), sucedían eventos muy clave en mi vida: temas con jefes, situaciones de visas, viajes, nacionalidad, movidas de trabajo, crisis sobre carrera y lo que quería a largo plazo, estaban todos en el spotlight. Algo que antes no sucedía.
Debo admitir que este retorno me encontró en medio de una frustración entre el deseo de liberarme y el no saber exactamente de qué. Y si en algo la astrología me ayudó, fue no solo a hacerme consciente de mis patrones, sino a invitarme a ser parte de mi propio proceso y a acompañarme con mucha paciencia.
Desde muy chiquito “me tocó” ser adulto y aunque Saturno me ayudó a hacer las paces con mi adultez, en todo ese proceso me di cuenta de que vivía como un adulto herido y que dentro de él habitaban un adolescente y un niño totalmente aterrados. Todo eso dio como resultado una guerra permanente con esa versión adulta que yo necesitaba sanar.
La clave, para mí, fue el poder reconciliarme con las versiones de mí mismo en todas sus etapas, edades y decisiones, para poder abrazar la adultez sana que Saturno me proponía. Así empecé a entender que proceso las cosas de forma diferente y que debía aceptar con amor mis propios tiempos.
El sanar esas versiones nos ayuda a cambiar el lente con el que vemos las cosas: durante el retorno de Saturno, situaciones que parecen ser nuestro fin, muchas veces pueden ser la gran oportunidad que tanto buscábamos. Espero este mensaje les llene de luz y les inspire para cuando les toque vivir la gran oportunidad que tod@s tenemos a los 30.
Hermes Peredo es Diseñador Gráfico, Tarotista Terapéutico y creador del proyecto «Arcanos Bolivianos». Si deseas conocer más sobre Hermes y su trabajo, puedes hacerlo aquí: CLIC