Astrología en la vida real: Mi historia acompañado de la astrología

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Por Adan Ortega

Todo empezó cuando una chica Sagitario me dijo un día: “escucha a Mía Astral”; me fui a Instagram, la única red, que solía usar en ese entonces, por allá en el 2016, cuando empezaban los eclipses en el axis Leo – Acuario, que son mi Ascendente y mi Sol. Nada es casualidad. Los eclipses son puntuales.

Haber estado dentro de la membresía de septiembre 2021 a marzo 2022, me ayudó muchísimo a entender y a poder hacer un trabajo muy profundo dentro de mi Carta natal con los eventos que han ocurrido en mi vida. Si bien, yo tenía rato escuchando a Mía, no terminaba de participar y poner verdadera atención a la astrología, pero eso cambió a partir de tomar clases, notas y demás.

Era como much@s, solo escuchaba y esperaba “a ver qué me iba a pasar” y, aunque las oportunidades llegaban, yo seguía sin asumir el trabajo, sin tomar —en serio— mi carta y estudiarla en forma.

En el 2019 —justo en temporada de eclipses— tuve una situación muy puntual con mi discapacidad física. Utilizo prótesis en el pie derecho y esta empezó a lastimarme después de 10 años de haberle dado uso, en ese momento me pegó muy fuerte el sentir dolor físico y no saber si así sería de ahí en adelante. Por eso también me quise abrir a escuchar, para poder darle un sentido que un año más adelante entendería.

Fui criado con la idea de que yo era como tod@s l@s demás y que tenía que verme como l@s demás. Una idea programada en mi inconsciente, desde mi infancia, por mis padres y mis abuelos. Aunque siempre me acepté, el verme diferente era algo que no me gustaba.

Recuerdo que cuando los eclipses en el axis Cáncer – Capricornio —que son el axis de mis nodos lunares, Nodo Sur Cáncer y Nodo Norte Capricornio— estaban por empezar, quedé adherido a escuchar lo que Mía contaba. En ese momento ella hablaba de construir algo en esa área, pero no me resonaba mucho, ya que Cáncer es mi casa 12 y Capricornio es mi casa 6. 

Mía también nos hablaba de Saturno, nos hacía énfasis en que Saturno nos preguntaba si lo que queríamos era lo que realmente queríamos. También decía que algo muy plutoniano salía a luz, algo de lo que ni siquiera se tenía idea que estuviera pasando. En la Revolución solar de ese año, para Acuario —mi Sol— mencionó que una situación de salud, en abril, iba a ser algo que se tenía que atender de manera casi inmediata; así fue. 

El 5 de abril de 2020, cuando los eclipses en Cáncer – Capricornio estaban por terminar, un auto se impactó en el lugar donde estaba y me aventó. Ese evento desencadenó el tener que hacerme algunos estudios, pero al mismo tiempo, me llevó a tener ya un cambio de prótesis que era lo único que necesitaba.

Fue una sorpresa, que dentro de mis estudios de radiografía, el radiólogo me dijera que un hueso del coxis se estaba curvando más de lo que debería de ser —lo cual me dejó frío— y me mandó hacer unos ejercicios para corregir eso; dentro de lo malo, lo bueno.

El Nodo Norte y los eclipses en Cáncer en mi casa 12 terminaron de hacerme entender que sí, nací siendo diferente y que no soy igual que tod@s.

Para mí, el hecho de reconocerme como una persona con discapacidad física y dirigirme a mí mismo así, fue todo un cambio en mi manera de verme y sentirme. Porque, de alguna manera, me sentía presionado con querer verme como tod@s l@s demás. Y no, esa no es mi vía. 

Soy acuariano, soy diferente.

 

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