Vegetariana. Recuerdo la primera vez que escuché la palabra hace unos años. Mi primera reacción fue que el concepto sonaba raro, la segunda fue que era algo que nunca haría.
Siempre me he visto como una persona saludable interesada en la nutrición. Antes de tener a mi hija iba al gimnasio de cinco a seis veces por semana. Hice muchos entrenamientos tipo bootcamp. Compraba alimentos orgánicos y mi mantra para alimentarme era siempre “comer más proteína, y menos carbohidratos.
Huevos, leche, yogur, pollo, pescado, suplementos y barras de proteína, eran característicos de mi dieta y de los alimentos que consideraba “saludables” y “seguros”. Me casé en el 2015, cuando consideraba que estaba en la mejor forma de mi vida.
Adelantémonos al 2017, cuando por accidente vi el documental “What the health”, y wow, qué shock fue eso para mí. No tenía ni idea del impacto que tiene en la salud una dieta basada en el consumo animal. No sabía que a los minutos de comer carne sus bacterias y toxinas le dan al cuerpo un estallido que le inflama, causa rigidez o paraliza las arterias. Otro concepto que me impresionó fue cómo explicaban que comer un huevo por día es tan malo como fumar cinco cigarrillos, cuando se promedia la expectativa de vida. En ese momento, literalmente, comía huevos cada día en el desayuno.
Hay un montón de información que te abre los ojos en “What the health” y después de verlo, me sentí muy intranquila. Al día siguiente decidí ser vegana, me di un mes para ver si era algo que podía mantener en el tiempo.
Diría que casi inmediatamente noté un cambio. Mi digestión mejoró, mi piel se aclaró y estaba llena de energía. En seis semanas bajé sin esfuerzo 10 libras, mientras comía tanto como quería hasta estar satisfecha sin restringir calorías. No lo podía creer. Mi salud y mi confianza estaban por los cielos. Los resultados me ayudaron a superar el “período de prueba” de ser vegano. Es difícil al inicio, y lo digo porque tuve que trabajar para cambiar muchos de mis hábitos. También toma tiempo que tus papilas gustativas se adapten a los nuevos sabores, además es difícil encontrar alternativas veganas a las cosas que estás acostumbrada a comer, probé 15 coffee creamers hasta encontrar uno perfecto.
Usé Pinterest para encontrar recetas veganas, me gusta mucho seguir a Minimalist Baker. Vi el documental “Forks over knives” (muy recomendado) y comencé a leer más y más sobre la producción de alimentos, lo que hay en la comida, cómo se hace, cómo son tratados los animales y empecé a hacerme preguntas que nunca me había hecho antes, a leer etiquetas, muy pronto mi visión comenzó a cambiar.
Me volví vegana por mi salud, pero sus efectos permearon en toda mi vida. El veganismo me abrió a aspectos del mindfulness y de la consciencia, conectándome a profundidad con todos los seres vivos y el planeta, mientras aprendía la verdad sobre la etiqueta y la sustentabilidad de las dietas basadas en animales. Más allá de sus muy documentados enlaces al cáncer, enfermedades del corazón y otras condiciones crónicas, el ganado es un contaminador gigantesco. De hecho, criar animales con el solo propósito de producir alimentos produce más gases de “efecto invernadero” que todo el sector de transporte. Entre más me educaba sobre este tema, sabía que no había manera de regresar, se sentía bien comer algo libre de crueldad y quería tomar mejores elecciones para poner mi granito de arena y construir un mundo más sustentable.
Verán, la mayoría de la gente piensa que la salud es solo física o “lo que comes”, pero la salud integral es cuerpo, mente y espíritu. A través del veganismo y el yoga he encontrado este balance en mi vida y he aprendido que el bienestar es también lo que piensas, sientes y la energía. Este estilo de vida abrió mis ojos, solté la mentalidad de la dieta alta en proteínas de “come menos, mantente delgada” y ahora como en abundancia sin restricción. Cambié mis seis días a la semana de bootcamp por tres días de yoga. Me veo mejor que antes de tener a mi bebé y me siento con más energía conectada con mi cuerpo y presente en mi vida diaria. Si sientes curiosidad o te inspiró la idea de volverte vegano, ¡haz el compromiso! Date 30 días para probarlo, podrías cambiar tu vida.
Colaboradora: Carey Fullilove. Corredora de bienes y raíces, mamá