Quizá en algún momento de tu vida has escuchado la frase “quitarte de tu propio camino”, que muchas veces aparece como una voz recurrente en la mente diciendo:
“Tienes que aprender a quitarte de tu propio camino”, o como dice el libro Un curso de Milagros: no necesitas salir y convertirte, sino descubrirte; necesitas remover todas las capas y miedos que te impiden relacionarte a otro nivel y eso empieza por ti.
Y si te das cuenta, ¡es muy cierto! Así que teniendo esta información, respira profundamente y nota cómo dentro de ti reside todo el amor y la luz que necesitas. Desde que naces aprendes diferentes patrones y creencias que influyen en ti de manera importante, ese conocimiento adquirido puede permanecer en ti toda la vida, quizá expira o quizá se transforma, todo dependerá de las circunstancias.
Rara vez pasa que no volteamos la mirada hacia nuestro interior para observar qué necesitamos limpiar y así poder impulsarnos a hacer espacio y/o a lograr aprender cosas nuevas que nos lleven a la acción en nuestras vidas. Cuando te digo “quítate de tu propio camino” es también como si te dijera “lleva tu carro al servicio”, haz eso que sabes que puede ayudarte al máximo, en vez de dejar una situación por miedo o fastidio de cambiar para empezar desde cero.
Te cuento: todas las capas de cosas que aprendes pueden comenzar a sentirse como kilos de tela que van tapando el brillo de tu esencia y autenticidad y con esto no te digo que no estudies, sino que empieces a cuestionarte con simplicidad el verdadero proceso de iluminación, que es liberar una a una esas capas que te impiden conectar con tu yo auténtico y también con tus deseos. Por eso cuando me refiero a “quitarte de tu camino” lo que realmente quiero decir es: elimina tu ego, desaprende, borra el cassette para así poder estar consciente, reaprender y construir nuevamente tu ser.
Tal vez suena difícil remover todas esas telas de juicio y miedos que nos hacen desconfiar del verdadero amor que hay para nosotr@s y nace dentro de nosotr@s, pero solo necesitamos fuerza, voluntad y amor propio para despertar, para encontrarnos en nuestro propio camino.
