En Estados Unidos, el 10 de abril es un día marcado en el calendario por un motivo al cual debemos prestar cada vez más atención (y acción): representa la cantidad de días que una mujer ha tenido que trabajar extra en el año en curso para ganar el mismo salario que su contraparte masculina ganó en el año anterior. Es decir, actualmente una mujer debe trabajar 15 meses para producir lo mismo que un hombre produciría a nivel salarial en 12 meses.
Desde el año 1996 se realizan actividades durante los primeros días de abril para crear consciencia e ilustrar la brecha salarial entre hombres y mujeres. Actualmente una mujer en Estados Unidos gana 80% de lo que un hombre cobraría por el mismo trabajo. Si además tomamos en consideración otros factores interseccionales como la raza: las mujeres de color ganan 63% de lo que un hombre blanco gana por realizar la misma actividad, y las mujeres hispanas ganan tan solo 54% de lo que ganan los hombres en cargos similares y con el mismo nivel de preparación.
Aunque legislaciones como el Equal Pay Act y leyes apoyan los derechos civiles: como los permisos por paternidad y el acceso a anticonceptivos han ayudado a cerrar (o pausar) la disparidad salarial, esta continúa siendo un factor crítico que afecta la vida y el desarrollo profesional de las mujeres, dado que es observado en 98% de las ocupaciones.
Hoy visibilizamos este problema, hacemos sentir nuestra voz y también damos un paso en acciones para cerrar esta brecha.
