Tú, mujer del siglo XXI que has tenido que adaptarte a la velocidad con la que va el mundo, que además cumples con muchos roles en tu vida, no solamente eres hija sino también madre, hermana, esposa, novia y además trabajadora. Eres vulnerable a experimentar un cóctel de emociones por las responsabilidades que llevas en tu espalda. Sentimientos como alegría- felicidad, tristeza, inconformidad, pueden ser normales. Cuando se convierten en emociones exacerbadas como depresión, estrés ansiedad, angustia donde pierdes el control sobre estas, puede deberse entre muchas causas al estado de salud en el que se encuentre tu organismo. Por esto debes conocer el origen de tus emociones para así aprender a regularlas.
El origen de las emociones
Cada emoción que se presenta en tu cuerpo se origina en tres puntos claves:
Tus cerebros:
Sí, cerebros. Contamos con tres cerebros y cada uno cumple un rol fundamental. Cuando de emociones se trata, en estos en donde hay que pensar.
Tu primer cerebro: Ya se sabe que el cerebro produce bioquímicamente los neurotransmisores y hormonas. Estos neurotransmisores son los encargados de producir nuestras emociones: si hay serotonina sentirás felicidad; si hay dopamina sentirás placer y también adicción. GABA es el regulador de la ansiedad; la oxitocina- hormona del amor.
Tu segundo cerebro, el maravilloso intestino:
– Está cubierto por gran cantidad de neuronas que también producen neurotransmisores. En él se producen el 90% de serotonina y 50% de dopamina. Si hay serotonina sentirás felicidad, si hay dopamina sentirás placer.
– Él posee más fibras nerviosas que la misma médula espinal, desde él salen nueve fibras nerviosas hacia el cerebro y desde el cerebro solamente sale una hacia el intestino.
– Aunado a esto, en él se encuentran de uno a dos kg de microorganismos, que participan en la producción de neurotransmisores.
Estos aspectos dan al intestino el nombre del segundo cerebro.
Si a pesar de todos los problemas y cargas de la vida hay salud intestinal, habrá suficiente producción de los neurotransmisores positivos y adecuados para tener emociones positivas.
Si por el contrario, tienes un intestino permeable, los alimentos mal digeridos en el intestino, las toxinas y microorganismos patógenos pueden viajar rápidamente a diferentes partes del cuerpo, incluyendo el primer cerebro produciendo un cerebro permeable con producción neurotoxinas y neurotransmisores negativos que se refleja en emociones muy exacerbadas, que posiblemente no tienen origen en las cargas de la vida diaria.
Tu tercer cerebro, la sorprendente microbiota o flora bacteriana:
Cada microorganismo tiene la capacidad de comunicarse con el sistema nervioso central. Enviando neurotransmisores tanto positivos como negativos.
La microbiota tiene la capacidad de producir ácidos grasos esenciales para la producción de neurotransmisores. Las bacterias tipo lactobacillus y bifidobacterium son capaces de producir ácido gamma-aminobutírico, neurotransmisor que se encarga de regular la ansiedad y la depresión (Ana Soteras, 2015).
Un estudio publicado en la revista Gastroentorology, realizado en mujeres sanas, sin alteraciones psicológicas ni intestinales, trataba de evaluar la repercusión del consumo de probióticos sobre el cerebro. Estas mujeres tomaron durante semanas bifidobacterias y se observó mediante una resonancia magnética que se produjeron cambios en la actividad cerebral en aquellas regiones que modulan emociones y sensaciones.
Son muchas las investigaciones que faltan por realizar, pero cada día se sabe que la salud intestinal repercute en un gran porcentaje en tus emociones. Para mayor información sobre los tres cerebros presiona aquí.
Tus hormonas:
Fisiológicamente, durante el mes tus hormonas van variando en función a tu ciclo menstrual, pero si presentas alteraciones hormonales, tus cambios emocionales serán más poderosos.
Estos cambios hormonales crean una diferencia ante la respuesta de la mujer ante alguna situación en comparación a la respuesta del hombre. En un estudio realizado se evidenció que las mujeres en comparación al hombre tienden a tener preocupación excesiva e incontrolable sobre múltiples problemas cotidianos. Entre los síntomas se incluyen la tensión muscular, la fatiga, el insomnio, la inquietud, la falta de concentración y la irritabilidad. La tasa prevalencia-vida es del 4% en los hombres, frente al 7% en las mujeres (Altemus y Epstein, 2008; Kessler et al., 1994).
Esas alteraciones hormonales son producto de la misma inflamación e infección que se encuentra en el intestino. Las alteraciones en las hormonas pueden causar depresión, poca energía, cansancio frecuentemente, etc. Por lo tanto, como primer paso, revisa tu salud intestinal para equilibrar tu salud hormonal.
Tus células:
Cada una de tus células cuenta con un ciclo llamado ciclo de metilación, proceso bioquímico que ocurre billones de veces por segundo, este proceso tiene el poder de:
– Generar tus emociones: este ciclo permite que se procesen y mantengan los neurotransmisores positivos en niveles adecuados.
– Controlar tus hormonas: los productos de desecho de las hormonas deben ser metilados para su eliminación o inactivación. Problema hormonal es sinónimo de fallas en este ciclo.
– Modificar la expresión de los genes: si falla el proceso de metilación puede haber activación de genes que estén apagados, genes de la inflamación, genes de la inmunidad, cáncer, hipotiroidismo, obesidad, diabetes, enfermedades cardiovasculares, entre otras.
Algunos de los genes implicados son:
– VDR / MAOA, estos son genes que al estar activados producen alteraciones en la producción de neurotransmisores, especialmente dopamina.
– MTHRF / MTR / COMT, genes relacionados con la regulación hormonal, alguna alteración en este gen puede inducir a cambios hormonales.
Es por ello que desequilibrios en la metilación también puede reflejarse en el comportamiento, memoria, atención, etc., y esto podemos cambiarlo gracias a la epigenética.
¿Cómo regular esas emociones?
- Sanando tus cerebros.
- Regulando tus hormonas.
- Controlando la epigenética.
Todo esto a través de la InmunoNutrición, enfócate en mejorar tu alimentación:
1. Aplicando el protocolo #3R de NutriWhite.
a) Removiendo alimentos enemigos como harinas refinadas, cereales de todo tipo, lácteos y azúcar.
b) Reponiendo alimentos amigos como grasas y vegetales. Las proteínas y las frutas también.
c) Recuperando tu salud.
Tu alimentación debe ser 100% personalizada. Ten presente que tus emociones, hormonas y células son únicas y deben recibir una alimentación específica.
2. Controlar las porciones de alimentos a consumir.
a) Aumenta las grasas saludables y vegetales.
b) Disminuye las porciones de carbohidratos en general.
3. Aplica nuevos protocolos de alimentación en tu rutina.
a) Ayunos intermitentes.
b) Planes de desintoxicación.
c) Otros tipos de dietas, pero que sean específicas para ti.
4. En caso de ser necesario, sigue un protocolo de suplementación.
a) Para apoyar a tu intestino a digerir adecuadamente.
b) Para curar alguna infección en tu intestino.
c) Para controlar esas hormonas y ciclo de metilación en desbalance.
5. Evalúa tu cuerpo:
a) Tú tienes el poder de evaluar tus síntomas. Evalúa las variaciones emocionales que has tenido en el mes.
b) Realízate un examen de heces completo, para que identifiques cómo está tu intestino, la calidad de microoganismos que hay en tu intestino, tu digestión, etc.
c) Evalúa tus sensibilidades, alergias e intolerancias alimentarias.
d) Realízate exámenes hormonales, en caso de ser necesario.
e) Evalúa tus marcadores del ciclo de metilación.
Colaborador: Nutriwhite, Puedes encontrar las herramientas para este plan personalizado visitando su página www.nutriwhitesalud.com