¿Cómo proteger nuestra piel de la exposición solar? Dra. Lorena Barboza

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¡El verano ya está aquí! Y con su llegada, también están a flor de piel las ganas de disfrutar de la playa por horas y horas, en donde muchas veces, nos dejamos ir en la emoción del momento y nos olvidamos de lo peligroso que puede ser la exposición prolongada a los rayos ultravioletas del astro rey.

 

En esta oportunidad, Lorena Barboza, médico y especialista en dermatología, te ofrece consejos y reflexiones médicas para que puedas disfrutar al máximo y sin perjudicar tu salud cuando vayas a la playa y/o piscina o si sales a correr al aire libre en este verano:

 

Primero que todo, nuestra meta no debe ser broncear (oscurecer) nuestra piel, ya que la estimulación de la melanina por la radiación UV sólo ocurre en fototipos más “tostados” o morenos mientras que en pieles más claras la absorción de los UV se traducirá en quemaduras, con mayor porcentaje de las consecuencias comentadas.

 

La exposición prolongada a los rayos ultravioletas (UV) A o B, aumenta la producción de radicales libres y producen cambios negativos en las células, el colágeno y las fibras elásticas de nuestra piel, acelerando el envejecimiento o peor aún, aumentado el riesgo de cáncer cutáneo.

 

Entendido esto, debemos aplicar medidas que disminuyan la absorción de los rayos UV en la piel, y el pilar fundamental será la aplicación cada dos horas de un protector solar adecuado, con un índice de protección igual o superior a 50+, con lo que se disminuye 98% la absorción de los UV, así mismo es recomendado utilizar medidas físicas de protección, como vestimenta o sombreros, sin olvidarnos de proteger nuestros ojos y cuero cabelludo. Este pilar se refuerza evitando la exposición en horas de mayor radiación solar, que varía según en donde te encuentres, una buena guia es observar nuestra sombra en la arena, entre más alargada menor es la intensidad de la radiación.

 

Así mismo aumentar el consumo de algunos alimentos podría ser beneficioso, como aquellos ricos en betacarotenos, precursor de la vitamina A, como la zanahoria, los que contienen abundante vitamina C como las frutas cítricas, con poder antioxidante como las uvas, y los alimentos ricos en vitamina D. En este sentido existen suplementos alimenticios que además de lo mencionado contienen selenio, extractos de plantas y otros elementos que evitan la oxidación celular y ayudan a reparar el ADN, evitando el daño de la piel y de los ojos durante la exposición solar.

 

Y para cerrar con broche de oro, podemos optimizar la prevención aplicando un antioxidante antes de la exposición y posterior a ella “reparar” nuestra piel con una adecuada hidratación.

 

Defendamos y admiremos nuestro tono de piel, que es único y nos identifica, no busques cambiarlo a expensas de sufrir daños que podrían ser irreparables. Disfruta de la vitalidad, la energía y la felicidad que puede darte la playa o la montaña de forma consciente y equilibrada.

Síguele la pista a Lorena Barboza, doctora y especialista en dermatología, a través de su cuenta en Instagram o puedes contactarla vía electrónica a través de [email protected]

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