El ser humano necesita seguridad y certeza. Esto es algo real, básico.
Creamos rutinas, hacemos cosas que mantengan la idea de quien somos. Nos decimos constantemente “yo soy así”, nos comprometemos con planes, queremos un lugar donde vivir, queremos coherencia en la historia de nuestra vida.
Pero cuando esa “seguridad” se convierte en una jaula, cuando ya te adecueaste al punto de que no intentas nada nuevo o sigues agarrándote de esa estructura, porque te da miedo darte rienda suelta (pasa mucho para las personas que han tenido un desorden o adicción. Deben crear una estructura de apoyo, pero no puede ser la misma toda la vida), no estás balanceado.
La sorpresa, el incierto y las contingencias son parte de nuestro día a día. POR ESO: cuando aprendes a darte seguridad a ti mismo, a contar contigo, pero al mismo tiempo abrir tu mente (yoga, meditación, ejercicios de respiración, contemplación) al cambio, irás abriéndote camino adentro y afuera, dándote el chance de reinventarte.
Justamente con SECURIDAD te digo: si hay una constante es el cambio, y cuando uno no lo elige, este lo elige a uno.
Y cuando este se estaba evadiendo, viene fuerte para mover viejas estructuras. En ese momento que nada es seguro, todo puede ser posible. Trabaja tus músculos internos para manejarte en estas olas de cambio. Recibe guía para que aprendas a guiarte fortaleciendo tu fe, voluntad y certeza espiritual: esto está pasando para que ganes claridad y te alinees cada vez más con tu luz y potencial.
Es lunes, empieza a tomar las clases. Mañana daré una sobre los cambios y cómo elegirlos.