La Luna es el cuerpo celeste más cercano a nosotros, por ello su energía suele ser la que más sentimos y con la que fluimos con mayor facilidad, pero dicha energía estará determinada por la fase lunar en la que se encuentre (luna nueva, luna llena, cuarto menguante o cuarto creciente) y el signo por el cual transita. Los tránsitos lunares nos afectan a todos y dicen mucho del mood emocional que tenemos.
Como sucede con todos los planetas, cuando cambian de signo activan el natal; es decir: cada vez que la Luna cambia de signo, activa tu Luna Natal. Es como si Tu Luna que ya tiene características propias se cambiara de vestido cada 2 días para mantenerse al día y conseguir lo que necesita.
Con Luna (necesidades emocionales) en Escorpio (intensidad, llegar al fondo del asunto) encontramos satisfacción emocional yendo más allá de lo superficial, ahondando en temas que nos interesan, teniendo una conversación importante, tocando temas que usualmente nos causan morbo, pena o conversar con alguien que nos ayude a sacar lo reprimido, reconocer lo negado. Este tránsito lunar nos hace sentir muy reflexivos, analíticos e intensos con un tema, así como cuando no pueden sacarnos de un punto de vista porque sentimos que la situación crea emociones muy fuertes.
Con esta Luna, es ideal escuchar, asumir y procesar conversaciones importantes en la que nos explican cómo se debe llevar o enmendar un proceso. La tensión de Marte (acción) vs Mercurio (procesos mentales) puede estrenarnos o sentirnos abrumados por todo lo que había que hacer para ayer y hay que enfrentar ahora, pero es esta Luna en Escorpio la que nos ayuda a crear un plan porque estamos in the mood para superar retos.
