La abundancia de la que tanto se habla con Júpiter no es que te viene o cae del cielo, es una energía que se sintoniza y empieza en ti.
Júpiter en tu signo ha sido un tránsito para que descubras dones que tienes para compartir con otros y, por ese compartir, se crean situaciones/relaciones y negocios abundantes.
La retrogradación debió ayudarte a ver lo que se interpone en el camino de aceptar tu abundancia, porque en serio, más que hacer cosas para sentirte abundante se trata de superar vieja programación, inseguridades y las trampas de tu mente que te comparan y así buscas referencias para seguir con la historia de carencia en una o varias áreas de tu vida.
Júpiter es un año para eso: para sanar las creencias que nos hacen continuar la historia; semilla que plantamos cuando un estímulo nos marcó y nos tomamos por no suficientes.
Pero en ti está la determinación para empezar a trabajar esto en vez de esperar que algo pase. En ti está el poder de centrarte en tu potencial y no compararte con otros que en verdad están para crecer contigo.
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