La luz viene de adentro. No se apaga, sino que la tapamos con capas de ego, miedo, inseguridades y queda “atrapada” tanto tiempo como nos tome entender que debe ser nuestra prioridad darle una vía de salida. Para eso tenemos que aceptarla y sentirla, quitarnos de nuestro propio camino y darnos largos ratos sin agenda para poder sintonizar con ella.
En días con la Luna en Leo y otros tránsitos por ese signo, esto se nos hace un poco más fácil porque instintivamente queremos jugar, reír, llenarnos de color y nuevas experiencias que aceleren nuestro corazón, más con la Luna encontrándose con el Nodo Norte del karma como hoy.
Si pudiéramos tomarnos las cosas de manera más ligera en vez de tanto análisis de manera densa, encontraríamos más formas de lograr esto. Con esto no quiero decir que obviemos responsabilidades, o que hagamos caso omiso a los compromisos que tenemos. Lo que propongo es que observen cómo la era que llegó a su final nos sumió en un constante análisis que hace de las cosas más simples como jugar y encontrar la vía creativa algo de peso.
Ahora estaremos volviendo a lo básico, a dar atención a asuntos pesados que lo merecen y a tomarnos más light lo que no, para así tener tiempo y energía para crear cosas completamente nuevas.
Para más información busca la clase “Clima Astrológico: cuarto creciente” haciendo click aquí